jueves, 19 de junio de 2014

SE NECESITAN MAESTROS.
        Según Pérez Esclarín, la fortaleza de un país radica en el grado de educación de sus habitantes, puesto que de ella depende el avance y la prosperidad del mundo entero, por su carácter humano que puede llegar a convertir a una persona en la más noble y honrada o en la más despiadada y corrupta. La educación debe ser y es vista la vía para un mañana mejor porque ayuda en la prevención de antivalores como la intolerancia, la corrupción, la pobreza, el egoísmo, la intolerancia y desde un punto de vista personal, le agregaría que la educación es el camino en contra de la apatía.
       Si realmente se requiere de el tipo de educación como pasaje al futuro, los gobiernos deberían darle la connotación que se merece por medio de la creación de políticas educativas verdaderamente sólidas, bien fundamentadas y contando con personas que han demostrado con sus acciones que la educación es parte de ellos y que les importa de gran manera, de forma tal que puedan contribuir con sus experiencias reales en la construcción de una educación de calidad que es la que todos desean, y dejando de lado los favores políticos.
       Pero dentro de todos estos puntos de vista, se hace necesaria la reivindicación y dignificación del docente que sea MESTRO, independientemente del título o nivel de estudio, que sea humano y feliz de ser maestros, que asumen su profesión como algo novedoso, del cual se pueda aprender todos los días aún cuando ya esté por jubilarse. Ser maestro, según la propuesta pedagógica de Paulo Freire, es dialogar con el educando en franca amistad, así obtener los temas generadores y de interés y no debe presentar los contenidos y los temas como una imposición o como algo que debería trabajarse y punto.
       De acuerdo con este punto de vista, hoy en día en la educación pareciera que el objetivo es ideologizar el conocimiento del alumno, llenándolo de contenidos vacíos y sin sentido útil en su vida, resaltando aspectos políticos que no son significativos y haciendo de la rutina de la escuela algo tedioso y difícil. El maestro de vocación escucha a sus alumnos, promueve el desenvolvimiento de valores, se preocupa por sus compañeros, sus alumnos, sus representantes y desarrolla sentido de pertenencia por la escuela, dando el ejemplo como parte de la familia institucional a la que pertenece, conservando su sitio de trabajo y rescatando lo que sea necesario y deje beneficios a la escuela, para que así otros deseen formar parte de esa aventura. 
       Según Contreras (2012) el docente a través de su práctica pedagógica hace, que el educando viva experiencias, que lo ayuden en la búsqueda y expresión de su sentido existencial como ser humano, que comprenda que es un ser importante para su familia, la escuela, y la sociedad en general, porque es él la pieza fundamental para iniciar cambios y transformaciones el ámbito político, económico, social, cultural y religioso. 
       De acuerdo a este planteamiento, la tarea del maestro no finaliza cuando los estudiantes se dirigen a sus casas, sino que se prolonga a lo largo de toda su existencia porque pretende dejar en las conciencias de estas mentes, la inquietud por cambiar de manera próspera y significativa su realidad y su vida entera, esto es lo que se llama ser un maestro significativo.
       Sin embargo, en la actualidad, la realidad es otra, se consiguen docentes mal remunerados, apáticos, con mal humor, renuentes al cambio y limitados en cuanto a lo que dan en su quehacer docente y argumentando que sus horas extras a la escuela, no se las paga nadie. Aún cuando esto es muy cierto, la necesidad  de buen maestro amerita a uno de vocación que está dispuesto a dejar no sólo contenidos, sino que toque el alma de sus pupilos; que brinde sonrisas hasta en los momentos difíciles, que estimule la investigación, que promueva la curiosidad, que genere la confianza de preguntar sobre temas diversos y que no se detenga al momento de ofrecer cariño, un buen consejo un regaño a tiempo y que juegue con su grupo.
       El maestro de vocación no es magister, no doctor, ni licenciado; el maestro de vocación nace queriendo ser docente desde chico, disfruta aprendiendo a serlo, se enriquece cuando asiste a un grupo a su cargo, y está siempre dispuesto a aprender de todos y cada unos de los miembros de la familia escolar a la cual pertenece.

       Licda. Ana Ramones.

4 comentarios:

  1. Necesitamos colegas que amen ser educadores y que lo hagan por vocación...esa característica nace con uno.

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  3. La educación es el arte de construir, edificar y dar las formas necesarias para lograr en los estudiantes un desarrollo de su estados físicos, intelectual y mental que exigen de él la sociedad y el medio social al que está destinado.....

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